viernes, marzo 23, 2007

¡EL MAR, EL MAR!

Después de unos días de ausencia, debido a que tal vez algunos extrañaban la “falta de mi presencia” estoy nuevamente aquí; precisamente el día en que en Bolivia se conmemora el “Día del Mar” conmemoración que, para los bolivianos, tiene una significación diferente a la que puede tener para otros pueblos.
Y es que se conmemora porque lo perdimos que si no fuera así, tal vez no valoraríamos su importancia en la magnitud en que lo hacemos, dicen que uno aprecia lo que tiene cuando lo pierde; eso nos pasó en la Guerra del Pacífico, no provocada por nosotros pero inscrita en la economía practicada en ese entonces y también ahora, por los países, aunque el recurso de la guerra ya no es el primero, excepto que se haga necesario para alcanzar los propios fines, a veces incluso si son personales o de grupo, esto creo ocurrió en Irak.
Culpamos de esto a los chilenos, debíamos decir a los gobiernos chilenos porque algunas veces los demás, es decir el llamado pueblo, tenemos que tolerar lo que, en nuestro nombre y a cuenta nuestra hacen los gobiernos elegidos por nosotros; aunque en el fondo creo que muchos chilenos “del pueblo” están de acuerdo con su gobierno, porque al final lo importante es la propia casa, antes que la del vecino.
Decía que culpamos a los chilenos, pero olvidamos la culpa nuestra, porque los políticos de entonces, los nuestros, al igual que los de ahora, no supieron visualizar la necesidad de construir un Estado para los bolivianos, en lugar de hacer eso, o al menos de intentarlo, hicieron lo que siguen haciendo, hacer algo que parezca o mas bien justifique sus demandas de ser calificados de “nacionalistas” y defensores del pueblo, aunque al final de cuentas solo estén satisfaciendo sus propios apetitos, personales o de grupo.
Lamentablemente nuestros políticos, los de antes y los de ahora, se equivocaron, no supieron ni saben ahora gobernar para los bolivianos, nos engañan y cínicamente se niegan a reconocer su culpa, cuando son sorprendidos en el acto, de engaño no de otra cosa.
Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, no se quien fue el que lo dijo, pero si es que esa afirmación es verdadera, debe ser que los bolivianos merecemos bien poco, para haber tenido, léase tener, los gobiernos que nos tocaron.

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